sábado, 2 de julio de 2011

Mango, Mangos, Mangifera indica



Nombre científico o latino: Mangifera indica
Nombre común o vulgar: Mango, Mangos

Descripción del mango:
El mango típico constituye un árbol de tamaño mediano, de 10-30 m de altura. El tronco es más o menos recto, cilíndrico y de 75-100 cm de diámetro, cuya corteza de color gris - café tiene grietas longitudinales o surcos reticulados poco profundos que a veces contienen gotitas de resina.

Las hojas son alternas, espaciadas irregularmente a lo largo de las ramitas, de pecíolo largo o corto, oblongo lanceolado, coriáceo, liso en ambas superficies, de color verde oscuro brillante por arriba, verde-amarillento por abajo, de 10-40 cm de largo, de 2-10 cm de ancho, y enteros con márgenes delgados transparentes, base agua o acuñada y un tanto reducida abruptamente, ápice acuminado. Las hojas jóvenes son de color violeta rojizo o bronceado, posteriormente se tornan de color verde oscuro.

Las flores polígamas, de 4 a 5 partes, se producen en las cimas densas o en la últimas ramitas de la inflorescencia y son de color verde-amarillento, de 0,2-0,4 cm de largo y 0,5-0,7 cm de diámetro cuando están extendidas.

Fruto:
El fruto es rico en vitamina A y muy apreciado en los países tropicales. El más fiable signo revelador de su madurez es su olor. Cuando el fruto está maduro al ser presionado con los dedos cede fácilmente. Por su extraordinario sabor, aroma, color y textura resulta ideal para consumir solo, en macedonias, elaborar sorbetes, tartas y mermeladas, mezclar en ensaladas e incluso cocinar como condimento de carnes y pescados. En la India, el mango verde es el ingrediente básico para elaborar el tradicional chutney. Los mangos son laxantes y altamente nutritivos. También son una importante fuente de vitamina A y algo menor de B y C.


Suelo para cultivar mangos:
Puede vivir bien en diferentes clases de terreno, siempre que sean profundos y con un buen drenaje, factor este último de gran importancia. En terrenos en los que se efectúa un abonado racional la profundidad no es tan necesaria; sin embargo, no deben plantarse en suelos con menos de 80 a 100 cm de profundidad. Se recomiendan en general los suelos ligeros, donde las grandes raíces puedan penetrar y fijarse al terreno. El pH estará en torno a 5.5-5.7; teniendo el suelo una textura limo-arenosa o arcillo-arenosa. Un análisis de un suelo donde los mangos prosperan muy bien dio el siguiente resultado: cal (CaO) 1,2 %, magnesio (MgO) 1,18 %, potasa (K2O) 2,73 %, anhídrido fosfórico (P2O5) 0,15 %, nitrógeno 0,105 %.


Riego del mango:
Los requerimientos hídricos dependen del tipo de clima del área donde estén situadas las plantaciones.
Si se encuentran en zonas con alternancia de estaciones húmeda y seca, óptimas para el cultivo del mango, como sucede en Sudán, durante la estación de lluvias se desarrolla un crecimiento vegetativo, y en la estación seca la floración y la fructificación; en este caso basta con un pequeño aporte de agua.
En áreas más frías, como Israel e Islas Canarias, sólo existe una estación cálida, en la que tiene lugar a la vez la fructificación y el desarrollo vegetativo, en este caso el riego debe ser mucho más copioso, pero se tendrá en cuenta que un exceso de humedad es perjudicial para la fructificación.
En general necesita menos agua que el aguacate; se da la circunstancia de que en terrenos donde las disponibilidades de agua son abundantes, el árbol vegeta muy bien, pero no fructifica.
El riego se inicia tras la floración y continúa hasta la recolección, con un intervalo entre riegos de 10-15 días en suelos arenosos y 18-25 días en suelos arcillosos. El mango se adapta muy bien a condiciones de precipitación variables.


Clima - Temperaturas:
Es más susceptible a los fríos que el aguacate y resiste mejor los vientos que éste. El mango prospera muy bien en un clima donde las temperaturas sean las siguientes:
Invierno ligeramente frío (temperatura mínima de 10ºC).
Primavera ligeramente cálida (temperatura mínima superior a 15ºC).
Verano y otoño cálidos.



Abonado del mango:
El abonado y el riego, deben programarse de acuerdo con el ciclo fenológico para alcanzar un rendimiento óptimo.
La potasa es el elemento al que mejor ha respondido el árbol, siendo, por tanto, el que en mayor proporción debe entrar en la fórmula de abonado.
Un árbol en plena producción responde muy bien a la siguiente aplicación de abono: 2500 gramos de sulfato de potasio y 1500 gramos de superfosfato de cal, añadidos al terreno en una sola aplicación, preferible en el mes de noviembre.
Debe procurarse distribuirlo bajo la copa del árbol, removiéndolo y mezclándolo bien con la tierra.
El abonado nitrogenado se puede dar con el riego en la época anterior a la apertura de los capullos, añadiendo un kilogramo de sulfato amónico y, posteriormente, la misma cantidad cuando el árbol esté en plena floración, esto ayuda a promover el amarre de la fruta.
Las aspersiones nutritivas conteniendo cobre, cinc, manganeso y boro son beneficiosas en todos los suelos.
Estas se deben aplicar más o menos 3 veces al año (una vez en el caso del boro) durante los primeros años.


Recolección de mangos:
Para uso casero, los frutos se pueden dejar en los árboles hasta que están completamente maduros.
Los frutos de mango requieren más o menos de 105 a 130 días desde el amarre del fruto hasta su plena madurez.


Plagas del mango:
- Cochinillas
- MOSCA DE LA FRUTA
- POLILLAS DE LAS FLORES (Prays citri, de la familia Tineoideos, y el Cryptoblabes gnidiella)


Enfermedades de los mangos:
- ANTRACNOSIS
- CERCOSPORA DEL MANGO
- OIDIO DEL MANGO
- SECA DEL MANGO (el hongo Ceratocystis fimbriata, que normalmente se asocia a su vector que es un insecto, Hypocryphalus mangiferae).
- Cylindrocladium scoparium
- Fusarium decemcellulare
- MALFORMACIÓN (hongo Fusarium subglutinans)
- MANCHA NEGRA (Alternaria alternata)
- Botryodiplodia theobromae. Es uno de los mayores patógenos post cosecha del mango. Los frutos infectados con el patógeno no logran el máximo climatérico (Mascarenhas et al, 1996).
- MANCHA NEGRA BACTERIANA (Xanthomonas campestris)


Multiplicación del mango:
Se puede realizar la multiplicación por semilla, pero las plantas resultan de inferior calidad y las originarias no conservan sus características.
La propagación por injerto es el único sistema utilizado a nivel comercial por los viveristas de todo el mundo. Para ello es conveniente disponer de plantitas a las que podamos llevar las yemas o púas de la variedad que se haya seleccionado para la plantación.

Para plantar la semilla debe quitársele la vaina. La mejor forma de hacer esto es cortar los bordes de la cápsula con una tijera de podar.

Una vez libre la almendra, se procede a plantarla en bolsas de plástico que midan unos 20 ó 25 cm de profundidad y 18 ó 20 cm de diámetro; es preferible que el color del plástico sea negro, ya que la duración de la bolsa será mayor y absorbe más cantidad de calor, con lo que se favorecerá la germinación de la semilla.

La tierra debe ser ligera y hay que procurar mezclarla con turba. La semilla se enterrará de 2,5 a 3,5 cm de profundidad.
A continuación debe colocarse bajo un cobertizo al que entre poco sol y en que se mantenga un ambiente húmedo.

Dentro de los veinte primeros días las plantas estarán fuera; como estas semillas dan más de un retoño, deben quitarse los que sobran y dejar el que presente mejor conformación.

Debe tenerse muy en cuenta que el poder germinativo de las semillas del mango se pierde muy pronto, por lo que es conveniente plantarlo lo más rápidamente posible, preferiblemente al días siguiente después de haber sido liberada de la pulpa.

El árbol es un poco difícil de injertar; los mejores resultados los han dado los injertos de aproximación o de escudete.

Fuente: http://articulos.infojardin.com/plantas/plantas.htm
Imagen: http://tunturuntun-com.blogspot.com/